Los días en la Antigua son tan místicos y sorpresivos, que junto con 1010 Experiencias decidimos hacer una recomendación de Sunrise to Sunset para todos los lectores. No podría decirles cuanto tiempo es suficiente en esta ciudad de jardines secretos y calles coloniales de hace más de 500 años. Lo que sí podría decirles es que el tiempo que ustedes destinen será poco y se quedarán con ganas de conocer mucho más.
Fue como el equipo creativo de 1010 Experiencias diseñó un día mágico donde incluían cinco experiencias para disfrutar de cuerpo, mente y alma, a esta ciudad y así experimentar y vivir la esencia de La Antigua Guatemala. 1010 Experiencias es una empresa internacional que promueva todo tipo de actividades para realizar en América Latina. Gracias a ellos, pude gozar de toda la gama vivencias, algunas experiencias de adrenalina como también otras mas relajantes y un menú ecléctico de comidas, dando así, el toque final a mi estadía en Antigua.
Alguna vez pensaron que los nombres marcan tanto a las personas como a los lugares, y que hacen que cada lugar tenga cierta magia antes de estar ahí. Para comenzar el día, inicié mi experiencia matutina en la Posada Del Ángel. Tras cruzar esa pequeña puertita celeste con paredes rojas casi granate, nos encontramos con la magia misma. Como si todo fuera sacado de un cuento de hadas.
Octavio, quien nos recibió, me introdujo a esta mágica posada, donde me atendió en un pequeño salón para iniciar con la ceremonia del desayuno. Un punto muy importante, para los que no son de Guatemala, el desayuno aquí es tal como dice la frase “desayunar como reyes”.
Mientras Octavio iniciaba el fuego comenzaban a llegar el sin fin de platos y delicias preparadas con las mejores manos de la Posada. No podría llamarla degustación porque se parecía más a un banquete, donde la única invitada era yo. Comenzamos con las frutas (variadas, como es costumbre de la zona) dulces como ningunos, acompañado de un jugo recién exprimido. Entre las bebidas calientes había cafés guatemaltecos, variedad de tés y chocolate caliente; ya se imaginarán que si el fuego de la chimenea ya estaba encendido como podría negarme a la chocolate de la casa, y aun más siendo que Guatemala tiene los mejores chocolates y cacaos de producción nacional; pero de eso les contaré más adelante. Cuando ya pensábamos que esto era suficiente, llegan de la cocina unos panqueques, esponjosos acompañados de manteca y miel de maple.
El ambiente también acompañaba a la ocasión, el cuento de hadas, bastante goloso iba tomando forma. Era un mimo para el cuerpo, en donde la música suavecita, el calor de la chimenea y los platos sabrosos me daban la bienvenida y hacían el saludo al inicio de este nuevo día. La vista se recreaba entre los tejidos nativos que vestían la mesa, y el ventanal que estaba unido a una pequeña piscina climatizada que conectaba con el lobby de la posada. Lujos, detalles y amor abundaban en este lugar.
Terminado el desayuno, y para dar un saludo al sol, fui a la terraza donde Octavio como todo buen guatemalteco tiene una historia para cada detalle, lindas de compartir y disfrutar. Una vez en la terraza con una vista inigualable de volcanes, el sol asomándose y las flores adornando el lugar, comenzaba a prepararme para la siguiente parte de la aventura organizada por 1010 Experiencias.

Como decía mi bisabuela “panza llena, corazón contento” y tenía razón. El sol ya comenzaba a calentar las callecitas de La Antigua, y saliendo de la Posada decidí a tomar un tuc tuc con destino final a la Finca Filadelfia.
Si hay algo que me gusta de los países que uno visita, son los diferentes medios de transporte con que uno se encuentra, y siempre hay que animarse a probarlos todos. Pues bien, allí íba con mi chofer personal a la Finca Filadelfia, que queda a unos 5kms del centro de La Antigua.

Cuando uno traspasa el portón, parece que cambias de país. Llena de detalles y construcciones, muy bonita, la Finca Filadelfia es un lugar que ofrece tantas actividades como días quieras quedarte. Ya con el sol acompañándome en todo el recorrido, me animé a hacer canopy.
Montamos una especie de camioneta del estilo de safaris, y nos trasladamos a la Montaña Escondida que pertenece también a la Finca. Charly, el conductor, un experto en las maniobras al volante nos dejó contemplar las mejores vistas de los volcanes. Luego ya de 20 minutos de subida, nos encontrábamos a más de 2.000 metros de altura sobre el nivel del mar, dispuestos a realizar estas 7 tiradas de cables en canopy. La travesía estaba a cargo de Fredy y Maricel, nos acompañaba Jorge quien se encargó de retratar para el recuerdo las mejores imágenes y paisajes durante el paseo. La primera de las tiradas tenía 48 metros y terminaba en la última con una distancia de 218 metros. Desde ahí, uno contemplaba una de las mejores vistas, y los recorridos tenían siempre presente a nuestro Volcán de principal. Desde lo alto, también se observaban algunos animales y la naturaleza casi como si fuera alguna obra de arte. Los verdes, siempre protagonistas juntos con el celeste del cielo.
Una buena dosis de adrenalina, carcajadas y paisajes para continuar la mañana. Terminado el paseo, Charly me acercó de nuevo a La Antigua.
Ya cerca de la plaza central, me disponía caminar rumbo a una nueva conexión, y es aquí cuando unimos el cuerpo, mente y alma. Samsara era el lugar ideal para esto, en plena esquina a cuadras de la plaza, se ubica este lugar tan místico como la ciudad. Es pequeñito pero con cierto ambiente familiar y acogedor. Pareciera que fuera un sitio de amigos, con paz y buenas energías. Este fue el tercer lugar a visitar y vivir nuevamente una experiencia 1010.
El sonido de la tierra y percusiones te llevaban a una relajación con sólo ingresar. Las risas que salían de la cocina hacían que te sientas como en casa y que sepas que lo que ocurría ahí, era con amor y alegría que contagiaba.
Alexis la anfitriona del lugar, me dio la bienvenida y ya cuando me sentía como en casa, le sugiero que ella decida lo que yo comeré. Esa fue la confianza que me generó, fue algo que nunca antes había hecho. Cerrar los ojos y dejar que otro eligiera. Su respuesta fue: -“con amor y cariño todo sale de nosotros para Usted”. Que más pudiera pedir?
Casi como que me leía, empecé con un jugo de frutillas/fresas, limón y jengibre; ideal para la digestión, como también un antiinflamatorio y antioxidante.
Mientras las risas aumentaban, empezaban a salir los platos de la cocina. Comencé con una entrada; albóndigas de quínoa rellenas con queso y acompañadas de humus, salsa de tomate y cilantros con una pequeña ensalada con un aderezo inigualable.
Adentrándome en los sabores, algunos nuevos y otros ya amigos, llega el plato de fondo. Para mi sorpresa eran unos fideos de zuchini. Nunca antes los había probado, y no sé si suelen ser así pero estos eran perfectos. No podía parar de comerlos, frescos, calientitos; acompañados de una salsa de tomates en cubitos, pesto y hongos, con un toque de queso rallado. Para mi paladar, era nuevo, pero no por eso menos sabroso. De pensar quiero volver a saborearlos.
Al terminar estos, y creyendo que nada más saldría de esa caja musical de carcajadas, se asoma Alexis con una ensalada de quínoa, palta, alfalfa, pepinos, tomates y verdes. Yo ya no sabía cómo ubicarme en el lugar, todo era tan rico que si bien no podía más seguía haciendo un gran esfuerzo. De esos esfuerzos en los que uno se obliga por no dejar de lo rico que está.
Me recosté a escribirles, en el espacio que me encontraba, me sentía llena, pero en más de un sentido. La experiencia era única y la paz del lugar era inigualable. La gente que entraba, parecía amiga de la casa, no sé si lo eran o el ambiente te lleva a sentir que formas parte de ese pequeño grupo. Algunos entraban se acomodaban y elegían dentro de su pequeña biblioteca algún libro para leer y esperar las delicias. La mística y energía se desbordaban.
Un rato más, partía para ChocoMuseo para descubrir la historia de un nuevo protagonista. Cuando uno piensa en un museo piensa en cosas estáticas, donde tiene que mirar y no tocar; o algo por el estilo.
Pues bien, este museo era algo peculiar. Era bastante interactivo. Los aromas, me recibieron al llegar, del cacao en todas sus expresiones. No sabés hacia dónde mirar y cuando podés comenzar a probar. La actividad consistía en una experiencia a través de los sentidos y del aprendizaje.
Raisa nos dio la bienvenida y nuestros atuendos, sí porque si uno habla de chocolate tenés que contar con la ropa adecuada. Ya todos los participantes vestidos con nuestros delantales procedíamos a iniciar el recorrido a través de la historia de nuestro sabroso ingrediente. Ella nos habló de los orígenes, de las formas de cultivo y mediante que procesos este rico sabor llega a nuestro paladar.
La dinámica era en inglés, debido a que todo el grupo con quiénes compartía eran americanos, de igual manera accedí a participar para seguir practicando mi inglés. De no ser así, podría esperar al siguiente turno en español, pero por qué no aprovechar esta oportunidad.
Luego de descubrir los procesos e historia, pasamos a la parte más divertida y rica. Nos preparábamos para elaborar nuestras propias barras de chocolate. Cada uno elegía su propio molde, ingredientes para acompañar, mezclar y crear nuestro propio chocolate. Podías rellenarlos, decorarlos, saborizarlos. Después de todo el Chef, eras vos mismo.
Terminado esto, realizamos mediante historias propias compartidas con el grupo y competencias de juegos a realizar el proceso de tostado, separación de granos y preparación de chocolate en polvo. Para finalizar la actividad, degustamos en grupo una rica taza de chocolate. Al igual que los chocolates del comienzo, en esta parte del tour podías diseñar tu preparación del chocolate líquido, si era caliente, frío o con que lo mezclabas.
Sin duda, una experiencia sabrosa. Aprendí historia de una forma que no esperaba, me informé de cosas acerca del chocolate que no conocía antes y por sobre todo compartí un momento con personas geniales.
Tras este agotador día, lleno de las mejores actividades para desarrollar en La Antigua, el equipo creativo de 1010 Experiencias me preparó una visita sorpresa para dejarme mimar y consentir en la Ceiba Porta SPA. Una vez en el Porta Hotel Antigua, donde se encuentra este SPA denominado Ceiba, que para quienes no sabíamos en la tradición maya esta palabra significa el árbol de la vida.
Un árbol sagrado que constituye un balance y suministra fuerzas, todo lo que estaba necesitando. Este santuario de calma y relajación con una interacción e elementos naturales y tradiciones culturales Mayas hacen de esta experiencia de sanación y bienestar necesarias para continuar la tradición del día.
Llegada ahí, proceso a la preparación del cuerpo para dar inicio al rito más delicioso que pueda disfrutar. Pasé por el área de saunas (seco y húmedo) para luego ir a la zona de relajación. Ya una vez en la camilla, llega Ruth quien comenzará a deleitarnos.
Ella me acompañó al área de masajes privado, previamente atraviesas una zona de fuentes de agua que son las encargadas de ser la banda sonora del ritual.
El árbol de la vida, este ritual encarna el símbolo del árbol sagrado de la vida, la Ceiba para los Mayas. Con técnicas terapéuticas diseñadas, iniciamos un proceso de enraizar las energías del cuerpo y estimular los procesos de sanación.
El tratamiento inició con el ritual de lavado de pies, seguido de una exfoliación corporal completa para limpiar y preparar la piel. Luego el proceso del masaje se enfoca en el número 13, el más importante para los Mayas, donde mediante elementos naturales y los mejores rituales pasan a liberar los bloqueos profundos de las 13 articulaciones más importantes del cuerpo. Mediante movimientos Ruth crea vitalidad y ayuda a expandir la respiración y mente.
Terminado la tarde, caminé por las calles empedradas hacia Kafka a participar de unas de las mejores actividades organizadas por 1010 Experiencias para realizar en La Antigua. Subí a una terraza a disfrutar de alguna bebida y ver caer el sol entre los volcanes. La idea detrás de esto era despedirme del día, agradeciendo y brindando por lo sucedido, de compartir con gente nueva y algunos que ya te cruzaste por las calles y reconoces esas miradas cómplices de otros turistas disfrutando de este lugar en el mundo.
La pequeña e íntima terraza de Kafka, es un lugar para compartir y presenciar la entrada de la noche. Con la Catedral de fondo, vimos el atardecer. La sangría que ordené era con naranjas, ideal para un momento de esta índole. La música y voces de los amigos presentes hacían de esta tarde bendecida y alegre.
Saliendo de ahí, llegada la noche. Ya con ganas de cenar, comienzo a dar vueltas cerca de la plaza central y termino frente al Restaurante Welten. Un restaurante alemán con más de 30 años de historia en La Antigua. Fue el tercer restaurante en abrirse en la zona y fue atendido por su dueña hasta hace 12 años que ella fallece.
Hoy en día, los que visitan este lugar desde hace tiempo, dicen que no perdió la magia y que sigue como si ella estuviera presente.
Uno tiene dos zonas para elegir, la primera una terraza o dentro del restaurante; la segunda unos escalones más abajo al aire libre al borde de la piscina. Una vez ubicados, con la vista de la piscina llena de pétalos, la cascada de agua sonando y los hilos de lucecitas colgados, deguste unos daiquiris de fresas para comenzar con la bienvenida.
Carlos, quien nos atendió, nos habló sobre las historias del restaurante y nos facilitó unas mantitas típicas para hacer de la velada más acogedora.
El ambiente íntimo casi privado, con sectores donde las mesas de parejas eran cercanos pero a la vez privados. Decidí probar los platos elegidos para ese día. Opté por la sopa de la casa, típica de Guatemala, de frijoles con panceta y queso.
Seguido a eso, el plato principal unos camarones con salsa de mandarina con alcaparras y tomates, acompañados de elote/batata frita. Estos distinguidos platos los acompañé con vino y panes recién salidos del horno.
La velada encantadora, dando el broche de oro a este día tan completo. Brindé por el día terminado, lleno de sorpresas y experiencias destinadas a disfrutar y ver desde otra óptica La Antigua. Cada actividad de 1010 Experiencias fue pensada en base a los gustos y ganas de conocer nuevas cosas atípicas de La Antigua. Me mostró aspectos, lugares y actividades que no tenía ni la menor idea que podían existir ahí. Las actividades de por si son variadas y para todos los gustos. Es cuestión de ver lo que uno desea hacer, …lo que uno desea experimentar…
Para más info:
Contacto: 1010 Experiencias
Web: https://1010experiencias.com/
Teléfono (502) 7934-6726 (GUA) | 1 813-693-2192 (USA)
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