No sé qué es mejor si la entrada a Cafayate, lo que se llama Quebrada de Cafayate y sus paisajes o la ciudad y todas las actividades que ofrece.
Camino a Cafayate nos detuvimos en un parador a desayunar y comer unas tantas delicias locales. El queso de cabra abunda en todas sus presentaciones, hasta el día de hoy me arrepiento de no haber comprado para llevar a casa.
Para llegar a Cafayate lo ideal es tomar un transporte desde Salta, hay excursiones diarias pero si me preguntan a mí y el tiempo les da, quédense una noche aunque sea.
La Quebrada de Cafayate es un paraíso pintoresco, montañas de diversos colores y formas, cada una según el conductor tiene una forma e historia. A mi realmente me sorprendió la imagen de él y las cosas con las que nos iba narrando el viaje, pero era lindo escucharlo y dejarse llevar.
A lo largo de la Quebrada, vas parando en diversos lugares, desde el Anfiteatro donde si tenés suerte está un músico que por amor al arte junto con su guitarra y su bella voz te endulza la mañana, hasta cerca de la ex mina de yeso que tiene una de las mejores vistas. También parás en el Cerro de las tres cruces, que tiene su historia, donde hay un mirador y la vista es impagable. Todavía tengo en mi retina esa imagen deslumbrante, lo que hace la naturaleza es impresionante, tantos colores en un mismo lugar.
Llegando a Cafayate te reciben las diversas bodegas puesto que esto es la parte principal de la Ruta del Vino.
El acceso a las diversas bodegas es gratuito y lo podes hacer por tu cuenta; pero la cata y el paseo en sí tienen su costo. Cada una tiene sus propias plantaciones y vale la pena conocerlas. Los vinos que uno degusta son de lo más variado y hasta incluso si te gustan demasiado podés comprarlos.
Uno de los lugares que más me gustó y del cual me enamore, fue Patios de Cafayate. Es un viñedo, estancia, hotel y restaurante, ¿Se entiende? Podés ir a realizar catas, hospedarte, ir simplemente a almorzar o realizar un evento.
Es mágica y hermosa, su paisaje parece sacado de un cuento en donde la imaginación no alcanza. La comida riquísima, y por más que está fresquito, decidimos comer al aire libre, al rayo del sol que nos generaba calor.
Ese día comimos de entrada unas empanadas de queso de cabra acompañadas de una salsa picante de tomate, guiso de lentejas con cordero y de postre unas peras al vino con crocantes y crema de lavanda. Una delicia, si era por mí me quedaba a vivir aquí. (sepa entender el SPAM de fotos del lugar, me enamore a primera vista)
En Cafayate está el Museo del Vid, donde te explican todo acerca de las plantaciones, las diversas uvas que hay y para qué vino es cada una. Está muy bueno el recorrido y los domingos es gratuito.
El centro de la ciudad de Cafayate es pequeño, yo alquilé una bicicleta y lo recorrí. Su plaza principal da a su Catedral, hay varios lugares para comprar souvenires y también para comer algo. A metros de la plaza está la casa del Alfajor, son los mejores del lugar (no me quiero acordar!!!).
Una de las características principales de Cafayate es que todo el año hay sol, y luego de haber estado con días un poco grises en Salta fue lo ideal para renovar las energías.
Estos pedacitos quedarán por siempre en mis retinas, las imágenes hablan por si solas.
Recomendaciones
Si vas a Cafayate quédate al menos una o dos noches, disfruta de los viñedos y sus actividades. Los Hoteles son hermosos, vale la pena hospedarse y disfrutarlos; puesto que el pueblo es pequeño. Ya les dije más arriba, mi favorito Patios de Cafayate.
Además hay unas dunas cerca, que si vas en bici están a 40 minutos.
Interesante
Tanto Cafayate como Salta, son el escape continuo de muchos actores de Hollywood y turistas principalmente Alemania, Asia, EEUU y los árabes. Son amantes de sus paisajes, tranquilidad, el clima y la comida. Muchos tienen casas y toman sus tiempos de descanso aquí.
Mi visita a Cafayate fue algo soñada, cuando recorría las calles en bici sentía que pertenecía a un fragmento de alguna obra de un artista. Me volví completamente enamorada.
Srita. Méndez 
❤️😍😍😍
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