Comenzar el 2016 con desafíos nuevos

02 de enero del 2016; aquí me encuentro en mi lugar favorito del mundo el Café de Acá. Para los que lo conozcan, es un café típico en Paraguay que te remonta a las mismas tradiciones paraguayas. Un lugar lindo, lleno de magia, podés estar al aire libre en sillas de cable tomando bebidas refrescantes, puesto que las temperaturas de nuestro país, así lo exigen.

En fin, vamos al punto que nos llama y del porque estoy aquí atrás de mi computadora decidiendo mi vida.

El 2015 fue un año agitado, intenso y lleno de bendiciones; fue un año de replanteos y de conocerme más. Fue un año en el que tome decisiones, con ciertos temores y ganas precipitadas de cambiar mi vida. Tengo 27 años, y llegue a un momento en el que necesitaba un cambio, en mí, de aire, de lugar, de gente. Con esto no significa que odio mi vida o que no tengo nada que aportar o detesto a la gente. Todo lo contrario necesito cosas nuevas y dar lo que estas personas, trabajo y experiencias me enseñaron. Moverme, buscarme, encontrarme, desafiarme.

Una vez leí una frase “QUIT YOUR JOB. BUY A TICKET. GET A TAN. FALL IN LOVE. NEVER RETURN.” la cual fue mi foto de portada en facebook por mucho tiempo, es mas cada tanto vuelvo a la imagen, que la hizo mi amiga Yoli, la leo y me replanteo.

La vida es lo que hacemos y damos, las señales están en todo momento, o bueno así creemos. Creo que el tema de las señales algo creado por el hombre para encontrar fuerzas para tomar decisiones o energías y creencias para impulsarnos a hacer lo que queremos y no nos animamos. Después de todo, siempre podemos decir en la vida que el destino me envió esta señal.

Somos perceptivos a lo que queremos y tenemos ganas, entonces que mejor que buscar excusar y/o señales que la vida me dio.

En lo que iba del 2015, sentía que cumplía mi ciclo laboral, y mis ganas de continuar en Paraguay. Fui una persona que trabajó o mejor dicho vivió casi 5 años de mi pasión, de mis marcas. Manejaba marcas de lujo de cosmética y fragancias, un mundo de ensueños, el trabajo ideal por el que toda mujer merece pasar. Además en una empresa que nos daba libertades y además familiar, por lo que el ambiente era perfecto. Si, ya sé; se preguntaran que si les cuento todo esto perfecto, cual cuento de Disney de que hablo, y a que voy con este post. Lo que si durante todo el 2015 me replantee mi vida, medité y pensé en los peros, en los que pasa si si, en los que pasa si no, que dirá la gente y que pensará mi madre; a cuántos decepcionaré y cuántas frustraciones tendré.

Me dedique a viajar, a experimentar cosas nuevas como el blog, la radio, a relacionarme más con la moda, a leer blogs y hasta incluso leer libros, retomé el yoga por un tiempo, empecé  lectura de biblia. Fui probando cosas nuevas, cosas que me gustaban, a rodearme de gente nueva y continuar con los de siempre que querían seguir en mi camino. Y me animé, si me animé y renuncié.

Lo de animarme digo porque me llevó semanas, incluso meses el tomar lo que yo considero la peor y mejor decisión. Desde que tomé la decisión, lloré durante semanas, sentí como que terminé con mi antiguo novio, mi eterno novio. No entendía lo que hacía, pero sentía que mi ciclo terminaba, que había dado todo de mí y que necesitaba dejar mi lugar para que alguien más crezca como yo.

Tenía tanto miedo y sentía un gran vacío, me llené de sentimientos de los que siempre tuve miedo, pero estaba decidida. Decida al cambio y a desafiarme. No sabía que iba a hacer o a donde ir, pero quería probarme.

Nadie podía creer, por momentos sentí miradas de decepción, por otros momentos, miradas de orgullo y muchas de sentimientos extraños. Y era así, sentía eso y sucedía eso. Pero la vida continuaba.

Llena de ideas y ganas de emprender mi propio emprendimiento, de traspasar mis conocimientos y lo aprendido por los años decidimos viajar con mamá a pasar Navidad a Disney, donde los sueños se hacen realidad y hay magia constantemente. Me sentí plena y con ganas de no parar. Volviendo y en la espera del vuelo de conexión a nuestra casa, mi mamá comienza a indagar sobre sus millas, y nos damos cuenta que teníamos cierta cantidad bastante interesante. Y que pronto vencían.

En ese momento hablando y viendo mis cosas para antes de dedicarme a ser FreeLancer, mi propia jefa; y nuevos desafíos, planeaba un viaje al desierto de Atacama, Salta y Uyuni. Lo cierto, es que en tantas horas de espera en la conexión entre USA y Paraguay, haciendo averiguaciones, usando los simuladores de internet, mi mamá me hace el planteamiento que porque no uso sus millas para viajar a algún lugar que quiera, y aprovecharlas.

Y fue ahí cuando la VIDA ME ENVIO LA PRIMERA SEÑAL, si como les dije yo re creo en las señales y todo el tiempo desafío a la vida con las señales que me envía. Y como en este momento iba a dejar pasar tal oportunidad?.  Justamente ahora, que cuento con el tiempo que necesito para poder viajar, que no necesito dar explicaciones sobre las razones de mi viaje, o mucho menos decir cuál será mi nuevo destino.

Llegue a Asunción y comencé a ver, a investigar. Entre a Google Maps y a ver a donde podría ir con las millas de mamá, que hacer, y lugares que me llamen la atención. Empecé a leer blogs, y me tome con el de Aniko. Si fue ella quien me inspiró. Era una chica que a los 22 años término su carrera y decidió hacer lo que le gusta viajar, recorrer el mundo y escribir y vivir de ello.

Si, Aniko fue MI SEGUNDA GRAN SEÑAL. La leí día y noche, me leí su blog de pies a cabeza, cabe destacar que ella hoy en día tiene 29 años. Sentía que a medida que la leía la iba conociendo, que éramos amigas hablando, iba imaginando sus aventuras, me dieron ganas y fuerzas. Fuerzas para cumplir mis sueños y motivación suficiente para poder saber lo que quería por ahora, o hacer en este trayecto.

El 31 de diciembre, un rato antes de irme a cenar a lo de unos amigos, es cuando decido dar mi gran paso. Canjear las millas, pagar lo necesario y comprar un SINGLE TICKET, si un ticket de ida y sin regreso. El cual lo marcaría cuando sienta la necesidad de volver a casa.

Fue algo que desde que leí la frase de Yoli, siempre quise hacer y probar. Pero tenía miedos, sentía que la gente me condenaría, que mi mamá no estaría de acuerdo y hasta la decepcionaría.

Cuando lo pensé, dije ¿Qué tengo que perder? Es un desafío, tengo las ganas, no estoy enferma; es más; estoy más viva que nunca, no tengo hijos, y estoy en el momento ideal de mi vida…

Creo que fue mi ÚLTIMA MEJOR DECISION DEL 2015, y mi mejor nuevo comienzo para el 2016.

El 22 de enero me embarco a mi nueva aventura, tengo un ticket de ida a GUATEMALA, de ahí veremos lo que viene, con quien me cruzo, quien se une y quien se baja. Lo que si yo me voy a ver, a conocer el mundo, a absorber culturas, relacionarme, escribir y conocerme.

Este será mi nuevo desafío 2016, el seguir conociendo (me).