Tilcara es como esos pequeños gestos de la vida, que por más pequeño que sea nos dejan marcados para siempre. Es un pueblito que queda a 30 minutos, dependiendo de la ruta, de Purmamarca.
Vive del turismo, es pequeño pero tiene su plaza principal, su Iglesia, su plaza de artesanos y además una callecita llena de lugares para comer. El favorito es Los Puestos.
Pude deleitarme con Provoleta de Cabra, con una salsa agridulce y tomates confitados; con pensarla la saboreo. Además comí un asado del argento, como ninguno, chorizo, morcilla, entrañas, carne, costilla y pollo; acompañado de verduras a la parrilla, la típica ensalada y papas fritas. Si no me fui a pasarla mal, que quede claro. Otro de los días comí una lasgana vegetariana y de postre una manzana rellena con helado de canela y un dulce.
Para hospedarme, fui al Hotel El Sereno, es un Hotel SPA. Las habitaciones son como pequeñas casitas y tenés hasta las 18 hs para usar los servicios del SPA incluidos. El desayuno, nada dietético, unas croissant y criollitos recién salidos del horno, los criollitos son unos panificados como del estilo bizcocho con grasa. Se comen desde el centro al norte de Argentina, son un vicio.
Durante el día en Tilcara, fui a caminar con llamas, es una actividad que ofrece Caravana de Llamas. Tiene más de una opción para hacer con los cuadrúpedos. Desde un picnic, caminata hasta excursiones.
Terminado el paseo fuimos a Pucara, son las Ruinas de Tilcara de hace más de 3.000 años de antigüedad. Me hizo acordar mucho a Machu Picchu. Un sector esta restaurado, otro tal como se mantuvo. A diferencia de Machu Picchu que es todo verde y majestuosas construcciones de piedras, aquí todo es árido y en colores marrones. Lleno de cactus desde el mismo tiempo de antigüedad de estas ruinas y sus miles de construcciones. Que aunque no lo crean son piedras superpuestas como tetris, nada de barro ni nada. Es impresionante. Cuentan con su propio templo y en lo alto de todo una pirámide, por instante estar ahí arriba contemplando todo me trasladó a imágenes que vi de las pirámides de Egipto. Más que nada por alturas y las estructuras perfectamente dispuestas.
Siempre pienso que inteligente habrán sido estas sociedades para haber construido esto de esta forma. Los cactus que conforman este paisaje entre octubre y diciembre florecen y dicen los que aprecian esto que es mágico. Y es de aquí que nace le nombre de la ciudad, Tilcara, flores entre rocas.
Además en Tilcara tenés para hacer varias excursiones como a la garganta del diablo que es una majestuosidad o ir a las cuevas, pero todo esto recomiendo hacer con guías, por seguridad. Si vos como yo, creías que solo existía una garganta del Diablo y estaba en Iguazú, pues no… todos los días se aprende algo nuevo… en Tilcara también está la Garganta del Diablo.
Es importante saber que Tilcara se puede llegar tanto desde Jujuy como Purmamarca, y es un pueblo que pertenece a la provincia de Jujuy. Por lo general hace frío a la mañana y desde el atardecer, por lo que hay que ir bien abrigado. Al ser terreno y clima árido, recomiendo tener unas buenas botas para caminar y que aguanten todo el polvo que hay.
Igual no por esto se frenen, es divina y vale la pena conocer.
Cuando uno viaja, lo que jamás debe hacer es quedarse en el hotel. A juntar fuerza y espíritu y recorrer que los viajes son para crecer, para aprender y para no quedarse quieto.